APORTANDO SOLUCIONES A LA CRISIS MIGRATORIA
Ante la actual crisis migratoria que sufre Europa, en la Fundación Pablo Horstmann estamos convencidos de que la mejor manera de evitar que los jóvenes africanos pasen por el infierno de intentar llegar a nuestras costas, es respaldándoles en sus lugares de origen. En muchas ocasiones, si toman la decisión de abandonar sus países arriesgando la vida es porque han perdido la esperanza de alcanzar un futuro digno.
Quiero contaros el caso de Faisa, de 19 años. Huérfano de padre, vivía junto a su madre y sus seis hermanos pequeños en una casa de barro sin agua ni electricidad en un poblado cercano a Meki, en Etiopía. Es un chico muy trabajador e inteligente pero cuando llegó a Secundaria, no podía seguir con sus estudios porque para ello tenía que trasladarse a vivir a la ciudad. Con los escasos ingresos de su familia esto era imposible.
Decidimos entonces incluirle en el programa de becas #LetChildrenStudy, que cubre el alquiler de una habitación compartida, la matrícula, el material escolar, la atención sanitaria en nuestra clínica y apoyo en la comida para la familia. En los veranos, Faisa trabajaba de jornalero en el campo para sostenerles. Gracias a sus esfuerzos y a nuestro apoyo, ha logrado graduarse en Bachillerato con la mejor nota del programa.
Ahora, acaba de ser aceptado en la universidad. Antes de comenzar la carrera, el Gobierno pide hacer un curso de preparación de 6 meses, tras el cual, a Faisa le gustaría estudiar Administración y Dirección de Empresas. En #Etiopía, acceder a la universidad pública es un gran logro porque es totalmente gratuita y además, incluye alojamiento y comida en el campus. De lo contrario, la mayoría de los estudiantes no podrían costearlo.
Gracias a uno de nuestros socios, continuaremos apoyándole con el material, transporte o comida extra (no reciben alimentos como carne o fruta), hasta que logre alcanzar su sueño. Faisa sabrá aprovechar esta oportunidad porque es muy consciente de lo mucho que le admiran sus hermanos pequeños y de que sus vidas dependen de él.
¡Enhorabuena, Faisa!